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Sandra Siemens y Leila Iovine presentan «Nubes en el viento»

  • Categoría de la entrada:Literatura
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“Ira, amor, preocupación, ansiedad, felicidad, impaciencia, nerviosismo, impotencia, tristeza, calma. Los sentimientos –dijo un monje sabio- van y vienen como nubes en un cielo ventoso. En estos poemas tal vez encontremos las emociones de nuestro propio cielo. Poemas-refugio para cuidar lo que nos da felicidad y dejar volar lo que no”. Con este texto de contratapa, Nubes en el viento despliega un poemario amoroso y bellamente ilustrado para quienes se animen a la poesía y su mundo sensitivo. La escritora Sandra Siemens y la ilustradora Leila Iovine nos cuentan del hacer de la poesía para chiques. Literatura de la buena para compartir y amar.

Por Gabriela Baby

La poesía tiene siempre sus reparos: que es difícil, que no la entiendo, que me aburre la rima, que me aburre si no hay rima, que para qué. Entonces damos vuelta la página (o cambiamos el chip o la pantalla) y empezamos de nuevo.
La poesía invita. Es silencio, es ritmo, es ocurrencia, es investigación en las palabras para tratar de decir. Decir aunque no se logre decir. También hacer silencio.
Vamos de nuevo.
A jugar con las palabras, con los sentimientos y sensaciones. A abrir la mirada, la percepción, el tiempo de compartir tonos y ritmos, un estado de búsqueda y de apertura, estar disponible para la sensación.
En este plan charlamos con Sandra Siemens, autora de varias novelas y cuentos para chicos y jovencitos, y con Leila Iovine, artista plástica, ilustradora y maestra. Ambas son autoras de Nubes en el viento, un poemario ilustrado que trata de las emociones: amor, ira, felicidad, enojo, y más. Un libro para descrubir(se) en el camino lector de la poesía. Animarse al verso y a la emoción. 

¿Cómo abordar los sentimientos desde la poesía, sin caer en lugares comunes, cursilería?

Sandra: Abordar, desde la escritura, los sentimientos sin caer en lugares comunes ni en la cursilería, como decís, es un desafío. Pero lo es en cualquier género, no solo en poesía. Y también es un desafío en el discurso cotidiano. ¿Cómo damos el pésame a alguien sin que suene a frase hecha? ¿Cómo le decimos a alguien que compartimos su pena? ¿Cómo podemos ser capaces de medir la pena de otro? Lo que ocurre es que muchas veces (no siempre) en la vida diaria ese discurso nos resulta suficiente, cumple la función de comunicarle algo a alguien. En la poesía, en cambio, esa palabra no alcanza. La palabra poética rompe, horada, ahonda, desintegra. Y luego reconstruye. La palabra que surge de esa reconstrucción es una palabra capaz de mirar el mundo desde un ángulo nuevo.

Poesía en la ilustración: ¿Cómo te planteaste, Leila, el trabajo de ilustrar este libro?  

Leila: Las ilustraciones que acompañan los poemas de Sandra nacieron de mi interpretación de esos textos. La primera ilustración que hice fue Rabia. Clara, la editora, me había destacado una imagen que había hecho anteriormente y creía que ese estilo sería el adecuado para este libro. Esa imagen representaba a una chica dibujando con trazos orgánicos alrededor, usando la línea sólo para detallar. Desde esa línea, pude desarrollar y pulir mucho más ese lenguaje para estas ilustraciones.

Leí todos los poemas y elegí comenzar por Rabia. Me generaba claramente la imagen de un caballo grande con un personaje montado y a su merced. Un animal rojo que tensiona el resto de la hoja blanca y exige atención. Después, algunas imágenes salían de manera figurativa mientras que otras surgían más bien abstractas, como Chorrito de agua negra. Este lenguaje me permitió desarrollar imágenes infantiles, teniendo la riqueza de las texturas y ahondando en morfologías. Me siento más cómoda trabajando con una selección de colores establecida que yendo por una manera, por así decirlo, más pictórica. Por mi formación, tiendo a trabajar de una forma estructurada y con un enfoque más gráfico y global.

¿De qué manera la ilustración, es decir, la paleta de colores, las líneas, los personajes que se retratan, tensionan o dialogan con las palabras? 

L: Busqué mostrar el cómo de la representación de los textos de Sandra.

Algunos representan lo dicho explícitamente en los poemas. Otros demuestran las sensaciones, los sentimientos, los sentidos, que le dan un cómo a las acciones. Los colores buscan evocar sensorialmente, junto con las texturas, diferentes sentimientos.
No sólo es qué color, sino cómo se lo aplica. Los personajes representan figuras humanas con proporciones infantiles, salvo la de la abuela en Collares de fideos. 

Sandra, en la escritura: Se pueden leer en los versos algunas asociaciones circulantes en el imaginario colectivo. Digo: Rabia: caballo desbocado. Miedo: pájaros (y además en un frasco). Sauce: tranquilidad. Felicidad: chapotear charcos. ¿Cómo pensaste los lugares comunes y los lugares novedosos de las imágenes y las emociones? 

S: Así como en una pregunta anterior te dije que la palabra poética rompe con el modo, con el uso común de la palabra, porque de tan gastada, casi dejamos de escucharla. Ese mismo uso común, muchas veces puede transformarse en un recurso poético. Y me encanta usarlo. Tengo una novela, La banda del siglo, en la que cada capítulo se nombra con un lugar común (es hermosa esa expresión, por cierto). Los capítulos por ejemplo, son: Llorar el lunes por la mañana es llorar toda la semana, Gato encerrado, A buen entendedor pocas palabras, Salir de Guatemala para meterse en Guatepeor. Cada una de estas expresiones populares (que encierran saberes que en muchos se han ido perdiendo) se entretejen o impulsan las cosas que van sucediendo en la novela. Del mismo modo tengo un libro que se llama Un nudo en la garganta, en el que hago exactamente lo mismo. Es el lugar común el que dispara posibles escrituras. Lo que cambia ahí es la mirada. Hay que mirar ese lugar común con una mirada nueva. La mirada (ya lo han dicho tantos poetas, claro) es fundamental. El detenimiento en el mirar para poder encontrar una luz diferente, aún, en lo más inmediato, en lo más cotidiano.

Me encantó: Cartas de amor bolita. Mi bicho / un deseo que nunca se cumple. ¿Cuál es tu poema o página preferida, Leila? ¿Cuál es tu página o poema preferido, Sandra? 

S: me gusta mucho el único haiku del libro, Felicidad. Me gusta mucho cómo lo ilustró Leila. 

Pienso que aquí debería hacer una diferencia entre el resultado “técnico” del poema y lo que intenta contar. Y no es fácil hacerlo. Rabia fue el primer poema que escribí. Lo escribí en Córdoba en la casa de una amiga y en ese momento no tenía idea de que con el tiempo ese poema iba a ir abriendo un camino hacia un libro que exploraría otras emociones.

Cuando surgió la idea de libro, empecé a pensar en las diversas emociones. Y ahí se abrieron muchas búsquedas: hubo poemas que brotaron felices y otros que implicaron una búsqueda ardua en mis emociones y también en las palabras. Durante meses me detuve a rumiar en una emoción para cazarla con palabras, como si fuera un pájaro, pero el pájaro siempre terminaba escapando. Algunas veces me alegró pensar que había conseguido atraparlo. Pero luego de un tiempo, volvía a leer el poema y me daba cuenta de que el pájaro estaba ahí, pero tieso, inexpresivo, sin poder decir lo que tenía de pájaro. Y tenía que soltarlo. 

En esta búsqueda me di cuenta, como en muchas otras de mis escrituras, que las palabras no me alcanzan para decir. O en todo caso, que no soy buena buscadora de palabras. Hago intentos. Llego lo más cerca que puedo. Eso ocurre con estos poemas.

Entonces, aclarado esto, hay poemas, en los que creo que logré atrapar palabras bastante cercanas, como en Chorrito de agua negra o Collar de fideos, por ejemplo. También me gusta Cartas de amor-bolita. Por esto que venimos hablando del lugar común o lo cursi, es difícil decir algo sobre el amor. Esta forma de lo epistolar que se ha perdido un poco y que sugiere también el mensaje amoroso. Y luego, bueno, pensar el amor, que cada uno lo hará de una forma diferente. Para mí esa imagen de ese bicho que se abre y es fuerte como una armadura y deja entrar, pero que también es tan flexible que puede abrirse y dejar salir, se acerca bastante a una imagen del amor. 

L: Mi página preferida es Rabia. En parte, porque fue la primera en salir y es la que más me gusta visualmente. También disfruté mucho de hacer Espera.

El gato y el ramillete de ratones son unos de mis dibujos preferidos de este libro. La seguidilla de Collar, también es de mis favoritos. Destaco la carga visual y la inquietud del personaje contrastando con la calma que representa la abuela.

Y luego: ¿Cómo fue el trabajo en equipo, en coautoría?  ¿Hubo trabajo conjunto, diálogos, idas y vueltas del material previamente a dar con la versión final? Queremos conocer la cocina del libro.

S: Bueno, primero fueron los poemas.  Luego, a partir de las ilustraciones de Leila y de la lectura de Clara, algunas cosas fueron cambiando en ese libro que estábamos haciendo (y que, como dice Marguerite Duras, nadie sabe nunca bien qué es). Hubo poemas que salieron y hubo poemas que no estaban y que entraron en el libro.

Hubo muchas idas y vueltas y ajustes, tanto de la palabra como de la imagen. Armamos un buen equipo con Clara y Leila. Para mí fue como estar en una conferencia permanente. Eso me ocurre también con otros libros y con otros procesos de edición. Pero con éste precisamente, sentí algo especial. Sentí que el libro tenía un equilibrio interno muy frágil y que si algo se modificaba, el equilibrio se deshacía y había que volver a construirlo. Si se corregía algo de la ilustración, había que tocar algo del texto. Si se tocaba el texto, había que cambiar el orden de los poemas, algo así. Supongo que Clara podría contar más acerca de esto, pero lograr un balance en el orden de los poemas en el libro fue bastante trabajoso.

L: Como mencionó Sandra, primero estuvieron los poemas. A partir de ahí, arranqué a bocetar y proyectar la parte visual del libro. Tanto Clara como Sandra, me fueron dando sus opiniones y sugerencias que enriquecieron el resultado de las ilustraciones. 

¿Por qué hablar de emociones de manera tan explícita en la poesía cuando la poesía siempre trabaja sobre las emociones? ¿Está de moda hablar de emociones en la LIJ? 

S: Es interesante lo que decís. Y también me lo pregunté. Por qué escribir este libro. Primero tengo que decirte que nadie me lo pidió. 

Nubes en el viento es un libro que apareció. Hubo un primer poema, Rabia. Luego fueron surgiendo otros como Collar de fideos. Por otro lado había empezado a escribir de manera caótica y bastante verborrágica un libro que también transitaba las emociones y que ahora veo que también empezaba con una escena de rabia o enojo. Después de varios años de trabajar en ese libro, me di cuenta de que ese libro no era un libro sino varios. Y empezó un proceso de limpieza, de separación de aguas. Del libro original salieron tres libros. Uno de ellos es Nubes en el viento

Cuando Nubes en el viento tuvo un perfil más claro, apareció esta pregunta que vos hacés. La de si no se vería como respuesta a una moda en la Lij. Podría ser. Puede haber muchos temas de mercado (podríamos llamarlos así): la muerte, las elecciones sexuales, la familia, las brujas, el exilio, etc. Escribir sobre ellos no garantiza un buen libro. Y un buen libro que hable de un tema de moda, puede sin embargo, no caerle bien al mercado. Es un asunto complejo. Así que trato de ser honesta conmigo misma y escribir lo que siento que tengo que escribir, esté de moda o no.

Me interesa que comenten la propuesta de catarsis o expresión de las emociones que podemos leer en la contratapa del libro. ¿Es una propuesta para que les chiques hablen de sus emociones? ¿Cómo esquivar las posturas de autoayuda?

S: El texto de contratapa igual que el subtítulo Emocionario poético, fueron un pedido de la editora. Tuvimos algunas charlas en las que me explicó que necesitaba esos anclajes de texto para que el libro fuera más accesible. La idea es que alguien que no lo conozca, pueda, leyendo la portada y contraportada, hacerse una idea de lo que va a encontrar.

L: Las ilustraciones, como cualquier expresión artística, permiten proyectar emociones. Creo que al ver imágenes o leer un texto ayuda a encontrar o reconocer sensaciones, a identificarse y poder sobrellevarlas o empatizar. Esto no implica que sea un libro de autoayuda, sino uno para recorrer las emociones.

S: Algo más: en cuanto a esquivar las posturas de autoayuda creo que es sencillo porque no es un libro de autoayuda. Tal vez los lectores empaticen con algún poema al conectarlo con sus propias emociones. Al igual que cuando leen un libro que habla sobre un perro o la muerte de un perro, pueden conectarse con algún perro que tienen o que han tenido. O con la muerte de alguien que han querido. Es lo mismo: los lectores no encontrarán fórmulas para ser felices o para no aburrirse. Encontrarán poesía. Eso espero.


Planeta Sandra Siemens. 

Sandra  es autora de varios libros de literatura infantil y juvenil: La silla de la izquierdaDe unicornios e hipogrifosLa polillaEl monstruo GroppopolEl gritoEl hombre de los pies-murciélago y Borug, entre otros. Fue finalista del Premio El Barco de Vapor en 2004 y 2007, y en 2008, obtuvo el Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Norma-Fundalectura con su libro de cuentos El último Heliogábalo. Tiene publicaciones en Argentina, México, España, Colombia y Estados Unidos. Tres de sus libros fueron seleccionados para integrar el catálogo White Ravens: la novela «El hombre de los pies-murciélago» en 2010, el cuento «La tortilla de papas» en 2015 y la novela «Cocodrilo con flor rosa» en 2020. Obtuvo una Distinción Especial en el Premio Nacional de Literatura Infantil, producción 2008-2011.

Para seguir leyendo, dos cuentos de Sandra en Revista Imaginaria

Planeta Leila Iovine

Ilustradora y diseñadora gráfica recibida de la UBA, se dedica a ambas disciplinas y, cuando puede combinarlas en un mismo proyecto, lo disfruta mucho más. Como por ejemplo en Nubes en el Viento, su primer libro publicado.
Actualmente concurre al taller de Cristian Turdera, “un ambiente enriquecedor en el que dialogamos y nos retroalimentamos entre colegas”, dice Leila. Imperdible  su Ig a todo color. https://www.instagram.com/leilaiovine/