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Brecht, Piazzolla, mucho juego y toda la ternura

A partir del cuento chino en el que se inspiró el célebre autor alemán para escribir “El círculo de tiza caucasiano”, Héctor Presa creó “Una solución redonda”. Una historia para hablar a las chicas y los chicos de hoy del viejo tema del amor (aquí, de madres, padres e hijos) y las siempre vigentes disputas de poder, que se cuenta en clave de clown, sin palabras y con la precisión de una banda sonora exquisita.

Por Marisa Rojas

“Cuando era muy chico, tenía unos veinte años, vi “El círculo de tiza caucasiano” en el San Martín protagonizado por Luis Politti y me fascinó. Algunos años más tarde, con La Galera ya fundada, hacia finales de los ‘70, escribí “Baile a orillas del río”, una versión de esa obra de Brecht hecha con animales, pero nunca la estrené. Pasó el tiempo y, ya en este siglo, cuando se hizo el primer concurso de dramaturgia de la Asociación Argentina de Teatro Independiente se me ocurrió volver sobre esa obra, la original, y pensé entonces en una versión sin palabras. El problema era, es, que Brecht no admite adaptaciones, pero la ventaja en este caso es que el origen de esta historia es un cuento chino y entonces basado en ese relato pude trabajar y presentarme al certamen que tuve la suerte de ganar. Era un concurso que se hacía a partir de recursos que había otorgado a ARTEI la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (AADET) y me acuerdo que el premio me lo dio Carlos Rottemberg”, dice pos función de “Una solución redonda”, en la tarde de un sábado, otro sábado en su sala del barrio de Palermo, el actor, director y dramaturgo Héctor Presa, fundador, en el año 1978, de La Galera Encantada, uno de los proyectos -grupo, escuela y sala de teatro- más históricos, comprometidos y destacados del teatro para chicas, chicos “y no tanto”, en sus propias palabras, de todo el país.

Con Presa al frente, el equipo de La Galera se presenta en Buenos Aires luego de una exitosa gira por Japón donde fue invitado a participar del Ricca Ricca Festa en Okinawa, en cuyo marco hizo doce funciones de esta obra que destaca en la segunda parte de la Temporada 2022 del teatro para las infancias y va camino a convertirse, como el cuento original, en un clásico sin tiempo y, claro, para todas las edades.

Más de una decena de temas de Piazzolla, algunos de ellos, como Fuga y misterio, en cuatro versiones, se dan cita para narrar, con el lenguaje del clown, el cuento de la disputa de dos familias por un hijo que se resuelve siguiendo la antigua leyenda salomónica. En primera instancia, temas, y recursos, nada habituales en el teatro para las infancias, aún hoy. ¿Cómo surgió la idea?

HP: – En el año ‘80, en el marco de los 400 años de la fundación de Buenos Aires, escribí una obra que se llamó “Piedra libre para mi ciudad” y para la que yo quería un tema de Piazzolla, del que siempre fui fan, pero que entonces no estaba grabado así que me fui a verlo hasta dar con él y poder conseguir el tema, lo que logré de algún modo gracias a la intervención de su entonces esposa, Laura Escalada, con quien había trabajado en un programa de televisión. Piazzoll accedió a ver el ensayo de algunas escenas y al finalizar me dijo: “Yo te dije que mi música no era para chicos, si alguien me lo hubiese pedido yo hubiera simplificado las armonías, pero después de ver esto…2. Así conseguí una grabación en vivo, hecha especialmente en el Bauen, de Escualo que era el tema que buscaba entonces. Cuando volví años más tarde sobre “Una solución…” yo quería trabajar con Piazzolla porque Astor hizo mucha música para película y eso está en sus creaciones, su música tiene un tinte dramático, es muy escénica. Ahí comenzó todo, fue un largo proceso de muchos años, de escuchar, elegir, seleccionar y editar mucha música hasta llegar a los 56’ de la banda sonora actual con la que se cuenta la versión actual de la obra.

¿Cómo fue el proceso de trabajo para la creación de la versión actual de esta historia?

HP: – Después de aquella primera versión con animales, pensando en otra propuesta, empecé a escribir la obra y a buscar el juego, porque soy un convencido de que todo empieza en el libro y acá había, para arrancar, una historia muy fuerte, pero me costó encontrar el lenguaje. En la primera versión había algunos parlamentos. Pero a pesar de eso la llevamos, hace algún tiempo ya, a Japón. Fuimos dos veces y nos llamaron incluso una tercera vez unos meses antes de la pandemia. Cuando recibí ese nuevo llamado el problema era que el elenco original ya no existía, una de las actrices se había ido a vivir afuera, otro de los actores estaba con otros proyectos, así que armé un elenco nuevo y a partir de ahí también esta nueva versión, siete/ocho años más tarde de la primera, que igual no pudimos llevar sino hasta este año porque las condiciones para viajar el año pasado aún hacían muy difícil nuestra presencia allá. Con la confirmación de que este año viajábamos, en marzo comenzamos a ensayar con el elenco nuevo con la base de la versión anterior de la obra pero la inquietud de nuevos cambios.

Decías que te costó encontrar el lenguaje para contar esta historia, claramente decidiste trabajar desde el clown, con toda la cuota de humor y también de ternura que es propia de lo clownesco, pero también hay mucho de cine, como una especie de homenaje al espíritu del cine mucho, el del juego agudo y tierno de Chaplin…

HP: – Bueno, yo siempre le decía a Mahler, y lo tengo pendiente, que alguna vez quiero hacer un espectáculo con el formato de trabajo del cine, donde el compositor se siente a ver la escena y escriba para lo que está viendo. Acá como la música está compuesta yo tenía que ver dónde me servía, dónde no, y que las escenas no se estiraran porque cuando la música es instrumental, como la música de Astor, hay que ver muy bien donde empalmar. En esta nueva propuesta cambió el comienzo, antes todo arrancaba con la escena vacía, ahora el protagonista, en su versión final, está ya desde el comienzo. Algo que dudé mucho pero luego decidí dejar y creo que funciona. 

¿Por qué animales en la primera versión, no estrenada, y por qué ya no luego?

HP: – Porque era muy joven, recién arrancaba y le tenía bastante miedo a los temas así no “tradicionales” y además estábamos en Dictadura, era muy complicado, muy complicado, hablar… Incluso en el ‘84, con la democracia recién regresada, cuando hicimos en el San Martín “Yo así no juego más” tuvimos que hacer funciones con custodia porque fuimos amenazados. Acá abordamos un tema denso, algo que es más habitual en el teatro para chicos en países de Europa, pero con una particularidad muy latina que es trabajar a través del humor. Y jugamos, como jugamos en La Galera, en serio.

Con la seriedad de quien juega para ser, el humor marca el ritmo en la nueva -¡e imperdible!- obra de La Galera protagonizada por cuatro clowns tan desopilantes como tiernos y despiadados, según cada momento de la trama lo exige. Traiciones, abandonos, muertes e incertidumbres dialogan con la risa, la bondad y la esperanza en la hermosa versión de una antigua parábola donde, lejos de los cuentos de hadas, el amor genuino triunfa.


UNA SOLUCIÓN REDONDA

Versión libre de Héctor Presa de “El Círculo de tiza caucasiano”, de Bertold Brecht; basada en el antiguo cuento chino en el que se inspiró el célebre autor alemán. Con música de Astor Piazzolla.
*Recomendada (pero no excluyente) para espectadores a partir de 6 (seis) años.
Actúan: Héctor Presa, Luli Romano Lastra, Ornela Ortíz Marin y Walter Scaminaci
Vestuario: Lali Lastra
Escenografía: Claudio Provenzano
Muñecos puppets: Lelia Bamondi
Coreografía: Mecha Fernández
Selección, Edición musical y Dirección: Héctor Presa
Teatro La Galera | Humboldt 1541, esquina Gorriti, Palermo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires 
Funciones: Sábados de septiembre a las 16:45 h
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